MONGOLIA: “LA CRISIS NOS CONVIERTE UN POCO A TODOS EN ESCLAVOS”.

Texto: Pablo Beas y Jairo Pulpillo / Fotografía: María Beas

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El minutero ronda las siete de la tarde. Intercambiamos unas primeras impresiones en la terraza del Granada Center al hilo de unas cervezas, casi obligadas por el sol de Mayo que nos hace de testigo. Enfrente nuestra se encuentran Eduardo Galán y Darío Adanti de la Revista Mongolia, aunque el equipo lo conforman otros cuatro más (Fernando Rapa, Eduardo Bravo, Pere Rusiñol y Gonzalo Boye) aparte de los colaboradores. Constituyen esa sátira que cuenta con referentes como Viernes Peronistas, Barcelona, Hermano Lobo, El Papus o The Clinic, entre otros, tan punzante como necesaria en los tiempos que corren. En formato de papel, nacía el 23 de marzo del año pasado la Revista Mongolia con el objetivo de “Perseguir con tinta a bandoleros, farsantes, embusteros y demás fauna que anteponga sus intereses personales y los del Fondo Monetario Internacional a los del mundo mundial”

Con ellos hablamos de Público, de los gurús de la prensa que vaticinan un apocalipsis del papel, de la situación del periodismo hoy día, de la influencia del poder financiero en las cabeceras de nuestro país… todo ello bajo la telaraña que teje el “clic”  ineludible de una cámara de fotos.

Revista satírica sin mensaje alguno, pero lo cierto es que los mensajes no son pocos…

Eduardo Galán: Revista satírica sin mensaje alguno es justamente una ironía máxima. Sí tiene mensaje y es uno muy claro: somos una revista de izquierdas, atea, no nacionalista y republicana. ¡Manda narices, eso sí que es tener mensaje eh!

Darío Adanti: Por eso ponemos “Nada de esto es verdad”

E.G.: Claro, claro, lo de revista satírica sin mensaje alguno, obviamente, como casi toda la parte satírica es falsa, no te puedes creer nada de nuestra parte satírica. La revista tiene 32 páginas de humor y 6 que sí te puedes creer, que son reportajes de investigación.

Exacto, si algo os caracteriza es que atacáis en varias direcciones, desde el humor y desde las Reality News, un ejemplo de auténtico periodismo de investigación, un periodismo de investigación que parece haberse reducido para el gran público a Jordi Évole los domingos por la noche…

E.G.: Hay algún otro ejemplo: Eldiario.es, Infolibre, La Marea… pero si es cierto que ocupamos un espacio diferente al de los grandes medios. En nuestro nuevo libro (Papel mojado)  explicamos como el gran cambio de paradigma es más bien porque las empresas  editoras de periódicos pasasen a manos (debido a los créditos) de los bancos, que por la aparición de internet. Podías pedir un crédito brutal, que en principio, en nuestra locura pensabas que podías pagar en 40 o 50 años, el problema es cuando llega la crisis y no puedes pagarlo. Es como firmar un contrato con el diablo, pasas a estar automáticamente en poder de los bancos. El mensaje ya está mediatizado y pierdes lo más importante que debe tener un periódico; la credibilidad.

D.A.: Pierdes la credibilidad, y nosotros la posibilidad de volver a publicar en cualquier otro lado que no sea Mongolia. Todos veníamos de esos medios, y si ahora tuviéramos que pedir trabajo no nos lo darían, pero bueno, como ya nos habían echado daba igual todo, ya estábamos en paro. También lo que pasó es que como todos estos medios están echando a la mayoría de su plantilla, hay mucha gente que sabe mucho porque estaba dentro y están muy cabreados, y eso nos sirve para que nos envíen un montón de informes explicando estas cosas.

CSC_00871Considerando el periodismo como cuarto poder, o más bien, como un contrapoder cuyo objetivo debe ser “molestar” a la clase política, ¿cómo entendemos que haya periodistas que no plantan a Rajoy en sus comparecencias Streaming, u otros que pactan entrevistas, como Hermida?

D.A.: Eso tiene que ver también con lo que decía Edu de los medios, estamos en una situación tan difícil que si tú eres periodista y trabajas en un medio, tienes que pagarle a tu familia y te dicen; tienes que ir, y si dices no quiero, te quedas sin trabajo. Es tan perversa la situación que no les queda otra. La crisis nos convierte un poco a todos en esclavos.

E.G.: Los otros días decía Iñaki Gabilondo: el gran enemigo para la libertad de prensa es el paro. En el momento que tienes un paro desbocado entre periodistas, los que conservan su puesto se mueren de miedo, obviamente porque tienen que mantener a sus familias. Entonces, cualquier cosa que se les ordene desde medios controlados por los bancos, la van a cumplir.

Todo lo contrario que vosotros, que constituís prácticamente un escrache en sí…

D.A.: Muy bien pensado, decid que lo inventamos nosotros…(Risas)

E.G.: De hecho hicimos uno de los primeros escraches con nuestro número 5. Hicimos pegatinas con la portada “Gallardón abortó” (y en pequeño “sus puestos en Caja Madrid”), y las pegamos por toda su calle. Nuestra revista es una forma de molestar.

Hablando de denuncias, ¿Hay vacas sagradas en el periodismo? Por poner un ejemplo, banqueros como Alfredo Sáenz de Santander han tenido una relación prácticamente idílica con El País…

E.G.: Yo creo en el periodismo hay vacas sagradas de las que muchas veces ni nos enteramos. La mayoría son banqueros de los que no conocemos su cara. Conocemos la de cuatro, pero luego hay grandes directivos a los que es muy difícil meterle mano. Porque realmente con los políticos no hay problema, como con nuestro querido ministro de justicia, que es un verdadero…

D.A.: …es un verdadero ministro de justicia. (Risas)

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E.G.: Luego también hay determinados temas que es más difícil tratar, como el fútbol.

Hablamos de que periódicos que se consideraban referentes como El País tienen una deuda equivalente a la de todos los clubs de fútbol españoles, ¿Qué influencia pueden ejercer quienes le presten el crédito al periódico (Caixabank, Santander, HSBC) dentro del mismo?

E.G.: Claro, al tener esos créditos es muy difícil. El País por ejemplo ahora mismo está en manos del Santander.

D.A.: ¿Cómo haces para contar que tal ley está impulsada por presiones del Santander con el gobierno, si éste es el verdadero dueño del periódico? Ahí muere el periodismo libre. Lo peor es que los jefes de los medios no se dan cuenta de que los que han construido el medio son los periodistas, no el dueño del medio. Es marxismo básico, del prólogo de “El Capital”. De Wikipedia.

David Simon [creador de The Wire] recientemente en una entrevista hizo una analogía en la que comparaba la crisis del periodismo con una tragedia griega, en la que los dioses malévolos serían el gran poder financiero. Según él, en pos de obtener más beneficio se recortan gastos y se reducen redacciones, lo que nos recuerda bastante a Cebrián, que mientras justificaba los ERES diciendo que “no podemos seguir viviendo tan bien”, gana 13 millones al año…

E.D.: Es muy duro escuchar a alguien diciendo que no se puede continuar viviendo como vivíamos y que en 2012 se llevó 13,2 millones. Hay que mantener un ático en Nueva York.

D.A.: The Wire cuenta todo esto antes de que nos explotara en la cara. Tú ves The Wire y no es una serie policial, ni va sobre la lucha contra la droga y las escuchas, va realmente sobre esto; sobre los tentáculos del poder financiero en todos los estamentos, y como mientras la sociedad se va volviendo cada vez más marginal. Al final todo esto va a acabar pareciendo Mad Max, todos medio zombies en la cárcel y cuatro tipos en una torre de cristal disparándonos.

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Algo que está un poco en boca de todo el mundo es el tema de la crisis del papel. Cebrián señaló en una entrevista concedida a Jot Down que estábamos ante un cambio de paradigma y que la prensa tal y como la conocíamos iba a cambiar. ¿Por qué salís de este modo y no internet?

E.G.: Lo primero es que no sabíamos cómo ganar dinero. Dicen que la prensa va a cambiar, pero todavía, realmente no sabemos cuál es el modelo alternativo.

D.A.: El Diario se ha inventado un modelo para salir en internet y que les es rentable. Pero nosotros solo sabemos hacerlo en papel. En algún momento comentamos que si algún día se acabará el papel, nos haría una ilusión tremenda ser la última revista que quedara. Nos parece que hay un punto por ahora de provocación que tiene el papel que todavía no ha conseguido internet. Si metemos una portada como la de este mes, te la ven tus amigos, o el grupo de gente que sabes que te va a ver. No causa ningún escándalo.

EG: En Atocha vimos una pila de Mongolias al lado de El País y del ABC. Y saber que mucha gente a la que no le gustas, te va ver; nos pone como monos.

D.A.: Sí, eso tiene el papel todavía que Internet no tiene, éste es un mar de cosas, sin embargo, en los kioscos por cojones nos tenéis que ver. Por eso nos gusta esa frase a la que os referíais antes, lo de que somos como un escrache.

¿La crisis que atraviesa el periodismo es justificable por la crisis económica que atravesamos?

D.A.: En un punto sí, por lo de los créditos y tal, pero también se suma a la crisis del papel el hecho extraño de que los empresarios se han dado cuenta de que ya no es negocio. No es negocio para mantener el nivel de vida que tenían. Entonces, prefieren dedicarse a otros negocios. Yo creo que tiene que cambiar el modelo de empresario, las empresas ya no pueden ser 8 pisos, 200 000 empleados. Es volver a la tienda de barrio en la que vendes tus magdalenas y tus croissants que haces en casa.

Una revista de humor crítico como la vuestra ¿Habría encontrado el mismo respaldo fuera de este contexto de crisis económica?

E.G.: Es muy probable que no.

D.A.: En los años 90 o principios de siglo estábamos viviendo esa irrealidad en la que Alemania nos dio créditos chunguísimos y tal, y todo parecía que iba a ser una fiesta. Y entonces claro, en ese momento era como venir a aguar la fiesta. Hace poco hablamos de que la última etapa de Caiga quien caiga fracasó por eso, la gente no tenía ganas de que “le tocarán los huevos”. Estaban pagándose la casa y el coche.

Tal vez lo lógico fuera una mayor cantidad de revistas satíricas en nuestros quioscos y sin embargo el monopolio en la prensa lo tiene el pensamiento conservador. Y luego un periódico de izquierdas, como Público tuvo que cerrar.

D.A.: Al final en ese sentido, la banca se ha salido con la suya, ellos sabían que los medios podían ser un escollo. Su gran peligro era que los medios de comunicación contarán todo esto. Mucho antes de que comenzara la crisis dieron créditos hasta hipotecarlos hasta las cejas. En el caso de Público creo que hay una tranza de poder, que también tiene que ver con una mala negociación en los derechos de futbol y que los que pagaron los platos rotos fueron el periódico y los periodistas. A mí lo que más rabia me da, es que un empresario con un gran capital mande a sus trabajadores por Fogasa. En vez de pagar yo lo que tengo que pagar y lo que marca la ley, me declaro en quiebra como Público. Pero luego armo una empresa falsa para volver a pedir en nombre de Público y poder usándolo en internet. Si tú eres un empresario y has crecido demasiado y tienes un problema de crisis y no puedes mantener tu plantilla, hay cosas legales y lícitas, pero lo que no puedes decir es que estás en quiebra.

¿Se puede decir que en este país, tenemos la prensa que nos merecemos?

E.G.: Es algo que no comparto. Me acuerdo una cosa que decía Lope de Vega: “al vulgo hay que hablarle en vulgo porque es lo que se merece”. La idea de “¿qué te mereces?” es una idea muy católica a la que siempre me he revelado. Quien dice tiene lo que se merecen suelen ser los ricos: “los pobres tienen lo que se merecen porque son muy vagos, o porque se lo gastan todo en droga…” Aunque también hay que hacer autocrítica dentro de la prensa. Pero es todo más complejo que decir: “lo que nos merecemos”.

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